Otro urbanismo es posible.
¿Es compatible la explotación del suelo con el respeto al medio ambiente? La educación en las escuelas, la transparencia y la ordenación del territorio con una visión más allá de lo local se hacen imprescindibles para no repetir «errores».
El urbanismo debe crecer de forma ordenada. Pero no sólo en el ámbito local, sino desde una concepción global que permita optimizar e integrar los recursos naturales de todo un territorio, de toda una comunidad, incluso de todo un país. Esa fue una de las ideas principales que predominó durante la nueva edición del Foro LV, que en esta ocasión giró en torno a dos conceptos que, aunque puedan parecer antagónicos por los «errores cometidos en el pasado», deben ser inseparables para no caer dos veces -o tres- en la misma piedra. Urbanismo y medio ambiente. El debate se mantuvo vivo desde el primer momento en un desayuno en el que Juan Hernández, presidente de los promotores inmobiliarios, destapó el tarro de las esencias con un recorrido por las causas que han propiciado los «desequilibrios» en el sector. Acto seguido, el profesor de Ecología de la Universidad de Murcia, Miguel Ángel Esteve, quiso dejar claro que en la Región «se ha malgastado el recurso, que es el territorio. Desde el año 1990 al 2000, el tejido urbano creció un 61,9%, mientras que la media española fue del 29,5%». El presidente de los constructores, Fulgencio Belando, aseguró que esos datos son «relativos, porque en la Región ha habido un aumento poblacional muy importante. Arrancamos desde muy abajo y todavía estamos por debajo de muchas comunidades y de la media española en número de viviendas por habitante. Este sector es muy importante para la Región.
Tenemos una industria turística, de sol y de servicios que podemos aprovechar muy bien, de forma ordenada».
María Pérez Zulueta, vicedecana del Colegio de Arquitectos de la Región, aclaró que las posibilidades que ofrecen el sol y el turismo «no quiere decir que tengamos que hacer un urbanismo disperso y acelerado. En los últimos años no se ha tenido planificación. Deberíamos tender a un urbanismo más compacto. Si ahora tenemos algún resort que no acaba de funcionar y ya están hechos, podemos buscar soluciones para vertebrar e integrar esas construcciones con núcleos urbanos como Murcia o Cartagena».
Por su parte, el director general de Vivienda de la Comunidad, Antonio Navarro, siguió la senda abierta por Belando y destacó que la densidad de habitantes por kilómetro cuadrado en la Región es inferior a la media española (114 por 143) y del Arco Mediterráneo y apoyó el modelo de «ciudad compacta» y las políticas de «rehabilitación». Navarro admitió que se ha podido cometer algún «error puntual, aunque no debemos demonizar ni desechar los complejos turísticos desconcentrados con los niveles de calidad adecuados», y se declaró un «convencido» de la ordenación del territorio.
Antonio Martínez, catedrático de Derecho Administrativo de la UMU, aportó durante la mañana su «visión erudita» y quiso dejar claro, de entrada, que la Administración «deja mucho que desear», además de que «Murcia ha postergado todo desarrollo ecológico en favor de un desarrollismo incontrolado regional. El diagnóstico es grave porque el urbanismo se ha primado sobre el medio ambiente, que es capital. La Comunidad ha sido un desastre en cuanto a protección. No lo digo yo, lo dicen informes, sentencias...» Además, Martínez propuso la creación de una consejería de Medio Ambiente en la Comunidad Autónoma.
«Nosotros -intervino Juan Hernández- también tenemos un informe que ha contado con biólogos y ecologistas, y que confirma que ha habido un exceso de construcción, como en toda España, pero que también habla de descoordinación en la ordenación del territorio. No es que se hayan construido demasiados resorts.
En este momento hay 19 campos de golf operativos en la Región, 1.600 hectáreas de regadíos construidos sobre suelo antropizado. Hay biólogos que dicen que incluso se ha aumentado la biodiversidad de la zona. Pero esto, culturalmente, lo tiene que asumir el ciudadano porque es el ciudadano el que quería viviendas adosadas fuera de las ciudades. Además, el extranjero busca una oferta turística alejada de la ciudad».
Retomó la palabra el catedrático de Derecho Administrativo para señalar que «el desarrollismo urbanístico se ha cargado maravillas de la naturaleza como La Manga; eso se carga el turismo de calidad», y destacó que es necesario hacer un planeamiento regional teniendo en cuenta «el entorno» y especialmente «las condiciones ecológicas. Murcia no ha tenido talento para hacer un plan regional de ordenación que armonice todos los elementos». Sin embargo, Antonio Navarro dio la réplica y aclaró que la Región tiene tres directrices y planes de ordenación territorial aprobados aunque muchas veces se producen «conflictos con los planes de los municipios».
Para María Pérez Zulueta, «la palabra urbanismo lleva implícita que debe ser flexible, estratégico, sostenible -por razonable- e integrador», e incidió en la idea de potenciar las «vías de movilidad, como el tranvía o el tren rápido para que los ciudadanos no tengan que utilizar el coche para todo». Además, Pérez se mostró firme a la hora de dar un 'toque de atención' a la administración para que «cuente con los profesionales del urbanismo, a veces muy politizado» y se mostró crítica con el «maremágnum de normativas medioambientales que muchas veces no permite estructurar y desarrollar con agilidad. La normativa es necesaria, pero debe ser flexible, y el urbanismo debe ser equilibrado».
Marina de Cope, a la palestra
Por primera vez, el proyecto de Marina de Cope se dejó ver en la mesa del Foro LV. Lo sacó a la palestra el profesor Miguel Ángel Esteve después de matizar que las directrices del litoral que tiene la Región de Murcia «no suponen una ordenación efectiva. Si se construyeran todas las casas que permiten esas directrices a lo largo de la costa, se podrían levantar un millón cien mil viviendas. Un turismo sostenible supone que cada persona tenga nueve metros cuadrados de playa. En el Mar Menor hay 0,75 metros cuadrados. ¿Queremos copiar a Castellón? ¿Queremos ser Marina D'or? ¿Dónde están todos cuando se desprotege Marina de Cope?».
Para Belando, «la ley ambiental de la Región de Murcia es de las más estrictas de España y los procesos para obtener el visto bueno a la hora de acometer una obra o implantar una fábrica hacen perder años. Es necesario aligerar esos procesos». Una necesidad que compartió el director general de Vivienda, Antonio Navarro. Juan Hernández, por su parte, dejó claro que «no percibimos el medio ambiente como un problema. El problema son las cargas administrativas y la burocracia. Queremos normas claras que den seguridad jurídica. Además, el urbanismo no es sólo para la vivienda. El urbanismo es también para el desarrollo industrial, para el transporte, para otras actividades económicas y hay retrasos».
Otra de las ideas principales surgidas en torno al desayuno en el edificio de 'La Verdad' la aportó Antonio Martínez, que dijo ser necesario «un foro de representantes del desarrollo urbanístico y de discusión que no esté dirigido por la administración. Un foro que puede estar sustentado en Internet para que los planes de ordenación puedan estar creados desde la conciencia colectiva».
Los convenios urbanísticos y su impacto ambiental también salieron a relucir en esta edición del Foro LV. Antonio Navarro, que dijo que la transparencia, la agilidad y la ordenación del territorio son «fundamentales», aseguró que «no creo en los convenios para negociar la clasificación de suelo, aunque sean un instrumento legal», mientras que el presidente de los promotores dijo que «la transparencia en los planes de ordenación es básica», y añadió que ha habido «ocultismo con el exceso de firma de convenios urbanísticos» tras lo que dejó claro que «estamos en contra de la utilización masiva de esta fórmula para la recalificación de suelo». Asimismo, propuso que los alcaldes de los municipios tengan la obligación al principio de la legislatura de aprobar el plan de ordenación en un plazo de tiempo relativamente corto, porque si son incapaces de sacar eso adelante, son incapaces de vertebrar su territorio. Suelen utilizar 10 o 15 años y luego eso propicia que personas determinadas se aprovechen de la situación para sacar tajada de forma deshonesta».
Una apuesta diferente
El profesor Esteve incidió en que se han desprotegido zonas muy ricas para generar negocio y que «partimos de un urbanismo muy desordenado y espacios consumidos. Tenemos un pecado original importante. Por ejemplo, el 80% del territorio de La Manga está destruido. Esto es así. Pero, no obstante, hay posibilidades de hacer proyectos muy bonitos como en Portmán, con un motor estrictamente ambiental, con un desarrollo turístico de calidad, sin consumo de paisaje, no expansivo.
Una atmósfera pesquera-minera con una oferta alternativa. Esa es una actuación de interés regional, pero Marina de Cope se lleva toda la atención. Yo propondría una moratoria de los proyectos o planes que supongan crecimientos de población del 10 al 30%». Juan Hernández apoyó parte de la visión de Miguel Ángel Esteve y dijo que «nosotros no queremos muros de hormigón en la costa ni masificar la Región con viviendas pequeñas. Queremos buscar esas alternativas», pero también señaló que los resorts que se han hecho en la Región «son defendibles. Está demostrado que el turista de golf genera un 225% más de beneficios que el turista tradicional». Parece que el presente está anclado en el resort, pero otro urbanismo es posible. ¿Llegará?
FUENTE: LA VERDAD.ES
El urbanismo debe crecer de forma ordenada. Pero no sólo en el ámbito local, sino desde una concepción global que permita optimizar e integrar los recursos naturales de todo un territorio, de toda una comunidad, incluso de todo un país. Esa fue una de las ideas principales que predominó durante la nueva edición del Foro LV, que en esta ocasión giró en torno a dos conceptos que, aunque puedan parecer antagónicos por los «errores cometidos en el pasado», deben ser inseparables para no caer dos veces -o tres- en la misma piedra. Urbanismo y medio ambiente. El debate se mantuvo vivo desde el primer momento en un desayuno en el que Juan Hernández, presidente de los promotores inmobiliarios, destapó el tarro de las esencias con un recorrido por las causas que han propiciado los «desequilibrios» en el sector. Acto seguido, el profesor de Ecología de la Universidad de Murcia, Miguel Ángel Esteve, quiso dejar claro que en la Región «se ha malgastado el recurso, que es el territorio. Desde el año 1990 al 2000, el tejido urbano creció un 61,9%, mientras que la media española fue del 29,5%». El presidente de los constructores, Fulgencio Belando, aseguró que esos datos son «relativos, porque en la Región ha habido un aumento poblacional muy importante. Arrancamos desde muy abajo y todavía estamos por debajo de muchas comunidades y de la media española en número de viviendas por habitante. Este sector es muy importante para la Región.
Tenemos una industria turística, de sol y de servicios que podemos aprovechar muy bien, de forma ordenada».
María Pérez Zulueta, vicedecana del Colegio de Arquitectos de la Región, aclaró que las posibilidades que ofrecen el sol y el turismo «no quiere decir que tengamos que hacer un urbanismo disperso y acelerado. En los últimos años no se ha tenido planificación. Deberíamos tender a un urbanismo más compacto. Si ahora tenemos algún resort que no acaba de funcionar y ya están hechos, podemos buscar soluciones para vertebrar e integrar esas construcciones con núcleos urbanos como Murcia o Cartagena».
Por su parte, el director general de Vivienda de la Comunidad, Antonio Navarro, siguió la senda abierta por Belando y destacó que la densidad de habitantes por kilómetro cuadrado en la Región es inferior a la media española (114 por 143) y del Arco Mediterráneo y apoyó el modelo de «ciudad compacta» y las políticas de «rehabilitación». Navarro admitió que se ha podido cometer algún «error puntual, aunque no debemos demonizar ni desechar los complejos turísticos desconcentrados con los niveles de calidad adecuados», y se declaró un «convencido» de la ordenación del territorio.
Antonio Martínez, catedrático de Derecho Administrativo de la UMU, aportó durante la mañana su «visión erudita» y quiso dejar claro, de entrada, que la Administración «deja mucho que desear», además de que «Murcia ha postergado todo desarrollo ecológico en favor de un desarrollismo incontrolado regional. El diagnóstico es grave porque el urbanismo se ha primado sobre el medio ambiente, que es capital. La Comunidad ha sido un desastre en cuanto a protección. No lo digo yo, lo dicen informes, sentencias...» Además, Martínez propuso la creación de una consejería de Medio Ambiente en la Comunidad Autónoma.
«Nosotros -intervino Juan Hernández- también tenemos un informe que ha contado con biólogos y ecologistas, y que confirma que ha habido un exceso de construcción, como en toda España, pero que también habla de descoordinación en la ordenación del territorio. No es que se hayan construido demasiados resorts.
En este momento hay 19 campos de golf operativos en la Región, 1.600 hectáreas de regadíos construidos sobre suelo antropizado. Hay biólogos que dicen que incluso se ha aumentado la biodiversidad de la zona. Pero esto, culturalmente, lo tiene que asumir el ciudadano porque es el ciudadano el que quería viviendas adosadas fuera de las ciudades. Además, el extranjero busca una oferta turística alejada de la ciudad».
Retomó la palabra el catedrático de Derecho Administrativo para señalar que «el desarrollismo urbanístico se ha cargado maravillas de la naturaleza como La Manga; eso se carga el turismo de calidad», y destacó que es necesario hacer un planeamiento regional teniendo en cuenta «el entorno» y especialmente «las condiciones ecológicas. Murcia no ha tenido talento para hacer un plan regional de ordenación que armonice todos los elementos». Sin embargo, Antonio Navarro dio la réplica y aclaró que la Región tiene tres directrices y planes de ordenación territorial aprobados aunque muchas veces se producen «conflictos con los planes de los municipios».
Para María Pérez Zulueta, «la palabra urbanismo lleva implícita que debe ser flexible, estratégico, sostenible -por razonable- e integrador», e incidió en la idea de potenciar las «vías de movilidad, como el tranvía o el tren rápido para que los ciudadanos no tengan que utilizar el coche para todo». Además, Pérez se mostró firme a la hora de dar un 'toque de atención' a la administración para que «cuente con los profesionales del urbanismo, a veces muy politizado» y se mostró crítica con el «maremágnum de normativas medioambientales que muchas veces no permite estructurar y desarrollar con agilidad. La normativa es necesaria, pero debe ser flexible, y el urbanismo debe ser equilibrado».
Marina de Cope, a la palestra
Por primera vez, el proyecto de Marina de Cope se dejó ver en la mesa del Foro LV. Lo sacó a la palestra el profesor Miguel Ángel Esteve después de matizar que las directrices del litoral que tiene la Región de Murcia «no suponen una ordenación efectiva. Si se construyeran todas las casas que permiten esas directrices a lo largo de la costa, se podrían levantar un millón cien mil viviendas. Un turismo sostenible supone que cada persona tenga nueve metros cuadrados de playa. En el Mar Menor hay 0,75 metros cuadrados. ¿Queremos copiar a Castellón? ¿Queremos ser Marina D'or? ¿Dónde están todos cuando se desprotege Marina de Cope?».
Para Belando, «la ley ambiental de la Región de Murcia es de las más estrictas de España y los procesos para obtener el visto bueno a la hora de acometer una obra o implantar una fábrica hacen perder años. Es necesario aligerar esos procesos». Una necesidad que compartió el director general de Vivienda, Antonio Navarro. Juan Hernández, por su parte, dejó claro que «no percibimos el medio ambiente como un problema. El problema son las cargas administrativas y la burocracia. Queremos normas claras que den seguridad jurídica. Además, el urbanismo no es sólo para la vivienda. El urbanismo es también para el desarrollo industrial, para el transporte, para otras actividades económicas y hay retrasos».
Otra de las ideas principales surgidas en torno al desayuno en el edificio de 'La Verdad' la aportó Antonio Martínez, que dijo ser necesario «un foro de representantes del desarrollo urbanístico y de discusión que no esté dirigido por la administración. Un foro que puede estar sustentado en Internet para que los planes de ordenación puedan estar creados desde la conciencia colectiva».
Los convenios urbanísticos y su impacto ambiental también salieron a relucir en esta edición del Foro LV. Antonio Navarro, que dijo que la transparencia, la agilidad y la ordenación del territorio son «fundamentales», aseguró que «no creo en los convenios para negociar la clasificación de suelo, aunque sean un instrumento legal», mientras que el presidente de los promotores dijo que «la transparencia en los planes de ordenación es básica», y añadió que ha habido «ocultismo con el exceso de firma de convenios urbanísticos» tras lo que dejó claro que «estamos en contra de la utilización masiva de esta fórmula para la recalificación de suelo». Asimismo, propuso que los alcaldes de los municipios tengan la obligación al principio de la legislatura de aprobar el plan de ordenación en un plazo de tiempo relativamente corto, porque si son incapaces de sacar eso adelante, son incapaces de vertebrar su territorio. Suelen utilizar 10 o 15 años y luego eso propicia que personas determinadas se aprovechen de la situación para sacar tajada de forma deshonesta».
Una apuesta diferente
El profesor Esteve incidió en que se han desprotegido zonas muy ricas para generar negocio y que «partimos de un urbanismo muy desordenado y espacios consumidos. Tenemos un pecado original importante. Por ejemplo, el 80% del territorio de La Manga está destruido. Esto es así. Pero, no obstante, hay posibilidades de hacer proyectos muy bonitos como en Portmán, con un motor estrictamente ambiental, con un desarrollo turístico de calidad, sin consumo de paisaje, no expansivo.
Una atmósfera pesquera-minera con una oferta alternativa. Esa es una actuación de interés regional, pero Marina de Cope se lleva toda la atención. Yo propondría una moratoria de los proyectos o planes que supongan crecimientos de población del 10 al 30%». Juan Hernández apoyó parte de la visión de Miguel Ángel Esteve y dijo que «nosotros no queremos muros de hormigón en la costa ni masificar la Región con viviendas pequeñas. Queremos buscar esas alternativas», pero también señaló que los resorts que se han hecho en la Región «son defendibles. Está demostrado que el turista de golf genera un 225% más de beneficios que el turista tradicional». Parece que el presente está anclado en el resort, pero otro urbanismo es posible. ¿Llegará?
FUENTE: LA VERDAD.ES
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