LEGALIDAD, MORALIDAD Y TERRITORIO

En junio del año pasado, este blog ECO-CONSULTORÍA inició su andadura con un post titulado Imágenes en CARTOMUR de la construcción en suelo no urbanizable de Inazares, que documentaba la transformación de una parcela de más de 100.000 metros cuadrados (a efectos comparativos el núcleo urbano de Inazares tiene sólo unos 20.000 metros). Estamos hablando pues de una afección urbanística que quintuplica el núcleo tradicional. La nueva construcción, una auténtica mansión o palacio de lujo, parece tener aproximadamente unos 2.000 metros en planta con varias alturas. El impacto paisajístico sobre la principal montaña de Murcia, el pico Revolcadores, es espectacular.

Desde entonces, ECO-CONSULTORIA ha alcanzado 7.000 páginas vistas y para mi sorpresa, la campeona con diferencia es la entrada sobre Inazares, con casi 500 páginas vistas. Es evidente que la noticia ha resultado atractiva para los lectores de esta modesta iniciativa.

Los asiduos a ECO-CONSULTORIA tienen ahora un motivo adicional de asombro pues la Fiscalía ha determinado que no tiene argumentos de reproche penal, debido según los medios de comunicación, a un informe técnico aportado a las actuaciones en el que se indica que la mansión, que consta de varios edificios de grandes dimensiones, no contraviene lo dispuesto en el plan de ordenación urbana del municipio.

El urbanismo es materia especialmente compleja, y si además se combina con el medio ambiente y el derecho penal, su análisis puede hacerse técnicamente inextricable, palabreja que quiere decir según el RAE Que no se puede desenredar; muy intrincado y confuso. Como el nudo gordiano.

Sin embargo, la noticia de la legalidad de esta construcción repugna al más elemental sentido común y a la moralidad social y ambiental. Hoy mismo, en un excelente artículo en el diario La Opinión titulado “la Ley moral”, el Magistrado del Tribunal Superior de Murcia, JOAQUÍN ÁNGEL DE DOMINGO MARTÍNEZ, que fue el presidente de Audiencia Provincial más joven de España, defiende que “…lo que nunca debe olvidarse es que una sociedad sin leyes no puede funcionar, pero una sociedad sin moral es aún peor. Cuando la costumbre del pelotazo se instala en una sociedad, o cuando la doble contabilidad es el pan nuestro de cada día, o cuando el despilfarro del dinero público es habitual, o acudimos a la moral social o no habrá leyes bastantes para frenar este deterioro ético en las concepciones sociales”.

No puedo estar más de acuerdo. La Ley por si misma puede ser más o menos justa y moral pues su aplicación depende del contexto social. La construcción de Inazares, tras la decisión de la Fiscalía y los informes que ésta ha obtenido, tiene mientras no se demuestre lo contrario la apariencia de legalidad, y ello debe ser escrupulosamente respetado.

Otra cosa es el juicio moral. El promotor de esta supuesta vivienda supuestamente al servicio de una supuesta explotación agropecuaria (¿¿¿??), declaró a La Verdad que «al que no le guste, que mire para otro lado», lo que revela con toda crudeza su talante y sensibilidad social y respeto al público, pues la medioambiental es notorio con la propia megalomaniaca construcción que está más bien a la altura del mejillón cebra.

No responsabilicemos únicamente al aparato administrativo oficial de este desatino. Moratalla es un municipio débil y pobre, y su administración local está en bancarrota. Como bien dice el Magistrado Joaquín Ángel de Domingo, peor que la ilegalidad es la inmoralidad. La construcción de Inazares seguirá muchos años recordándonos a los murcianos nuestra pasividad, cuando no complacencia. Sólo cuando además de legalidad haya ética acabaremos con estos nudos gordianos, con la espada de la paciencia. Podemos... y debemos.

FOTO ABEL ROS (LA VERDAD)

1 comentario:

  1. No tenía ni idea de este proyecto y no puedo por menos que enmudecer. La construcción me recuerda vagamente al mostrenco del hotel de El Algarrobico, no sé porqué. Estoy totalmente de acuerdo: una cosa es que sea legal (como la absolución de Mr. Kamps) y otra que sea moral. Sigo esperando que el "señorito valenciano", además de pedir que se rehabilite su imagen, nos explique el significado de las conversaciones telefónicas que todos conocemos. Por pedir, que no quede

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